DIARIO DE CAMPO Rosario Izquierdo

diario de campo

 

Dicen en la contraportada que Diario de campo es una novela diferente. Es cierto. La historia en primera persona de una mujer, de todas las mujeres, que llegan a la cuarentena y se comparan, y ven en las demás mujeres lo que a ellas les pasa y lo que no les pasa, lo que nos pasa a todos: que vivimos al filo de la exclusión, expuestos a la impermanencia, al golpe de suerte que destrone esa falsa seguridad en la que tantos confiamos.

Diario de campo es una novela social, pero social en el sentido en que todos lo somos, a veces a nuestro pesar, sin darnos cuenta ni querer reivindicar nada. Sociales e ignorantes de que, dentro de esa gran sociedad en la que vivimos, hay cubículos pequeños y hondos, opresivos, habitados por seres —los que nos ocupan son sobre todo mujeres— que siempre están esperando que lleguen tiempos mejores. Y que invariablemente desean contar su vida. Aunque al principio les/nos cueste soltarse.

La prosa de Izquierdo es rítmica, sentida, envolvente. Precisa y sensitiva: de esas prosas que se oyen en la cabeza con ese sonido puro que tienen las buenas películas. Teje las realidades de manera que se percibe cómo todas son lo mismo. No hay dualismo en ese estilo: no sería muy diferente si hablara de hombres, por más que para lo laboral ellos sean diferentes, como afirma, seguro que con conocimiento de causa.

No hay diálogos. No hay argumento como tal: el pensamiento no está sometido a la esclavitud de una trama, y sin embargo sí hay hilo conductor: ese informe para cuya escritura la protagonista recopila, y vive. El desenlace es la vida; y el camino, y la meta. El bienestar, el objetivo de fondo, siempre difuso. No sé si aparece alguna vez la palabra felicidad en el texto.

Este Diario de campo es emocionante, pero no sabe ser sentimental. Lo mismo que la vida. Nos lleva de paseo por rincones que, como a su protagonista, nos darían mucho, mucho miedo al principio a cualquiera. Por cubículos que aunque algunos sabemos que existen, no invitan al turismo. Esos en los que damos gracias sin palabras por no vivir en ellos, sin que nos demos cuenta de que no hay gran diferencia, de que compartimos las mismas convenciones y servidumbres.

Es la primera novela publicada de Izquierdo. Es una gran alegría leer novelas así, de voces nuevas, honestas, que te hacen desear leer sus siguientes trabajos. Espero que pronto.