EL GOZO DE ESCRIBIR, de Natalie Golberg

el gozo de escribir

Le he dado muchas vueltas a cómo recomenzar mi andadura en este espacio, que, aunque lo pareciera, nunca ha estado abandonado del todo. Me he decidido por hacerlo para hablar de un libro: El gozo de escribir, de Natalie Goldberg.

¿Por qué? Porque es un libro que para mí significa el eterno retorno. Porque Goldberg pone en palabras muchas de las cosas que siento, como humanita y, sobre todo, como escritora. Y como no creo que yo sea muy distinta de cualquiera, seguro que a ti te sirve.

Cuando gané el primer concurso literario preparé en un papelito unas palabras por si acaso tenía que hablar en la ceremonia de entrega. Estas palabras estaban encabezadas por una cita de este libro:

“Hacer algo con la totalidad de nuestro ser significa emprender un viaje en solitario. (…) Cuando escribimos un libro estamos completamente solos”.

Luego hablaba de que gracias a reconocimientos externos, como premios literarios así, una se salva de terminar coleccionando bolsas de basura. Y también daba las gracias a amigos y familia, por aguantar las soledades, etc, etc. Todo este rollo para que al final no hubiera espacio para leerlas.

A lo que iba: Natalie Goldberg y su libro me han acompañado en este viaje solitario desde sus comienzos. Y presumo que me acompañarán hasta el día en que no pueda hilar dos palabras seguidas.

Si tuviera que señalar la característica que más me gusta del libro es, sin duda, la autenticidad, la voz personalísima con la que está escrito. Y también la puntería, y la solvencia: sabe de lo que habla, y se permite la humanidad de compartirlo. 

Y me rechifla la vulnerabilidad que desprende. (No sé por qué creo que solo se puede escribir desde la vulnerabilidad. A lo mejor me lo tengo que mirar).

El texto se compone de una colección de artículos breves y ágiles, en los que habla de la escritura y de la vida, y sobre todo de cómo seguir vivos cuando tenemos la santa manía de escribir. Seguir vivos, cuerdos, dignos y en activo. Escribiendo, se sobreentiende.

Es un libro mágico, además.

¿Que no me crees?

Te invito a que no pierdas más el tiempo y vayas a comprarlo. Así podrás comprobar en tus propias carnes que es imposible, repito IMPOSIBLE, leer más de, pongamos, veinte páginas del libro seguidas.

¿Por qué? Porque desencadena unas imperiosas ganas de escribir. Vamos, la sensación de que uno se escribe encima. Y no queda más remedio que dejar de leer y empezar a mover los dedos. Escribir en el diario, un poema, esa carta de amor que llevas atascada en el gaznate desde hace años, la lista de la compra… (esto último a mí no me ha pasado nunca).

Dice todas las cosas que los escritores queremos o mejor dicho, necesitamos escuchar: que hay que tener fe en lo que uno ama, y seguir practicando. Que no queda más remedio que enfrentarnos a nuestros miedos, al mayor miedo de todos: no tener nada que decir. 

El auténtico chute de autoestima viene de una idea revolucionaria en un mundo con seis mil millones de humanitos: que nuestras vidas son importantes; que lo que escribimos puede ser importante para alguien más que para nosotros. Que nuestros relatos, poemas, novelas pueden inspirar, animar, entretener, o incluso ayudar a comprender mejor el mundo y a las personas. Y que por eso escribir requiere de esas dos palabras que pueblan las pesadillas de tantos:

COMPROMISO

DISCIPLINA

Igual que requiere perder el control, y ser amables con nosotros mismos y con los demás. Y comernos un dulce de vez en cuando, y disfrutar de una vida llena de detalles; incluso convertirnos, como escritores que somos, en los adalides de esos detalles que ayudan a vivir el mundo con intensidad.

No solo tiene bonitas palabras. Muchos de los capítulos terminan con una call to action: sugerencias para ponerse a escribir desde ese mismo instante.

Además mete el dedo en la llaga con varios de los aspectos fundamentales para asegurarnos de que lo que escribimos es bueno: el control del calidad del tiempo, y la necesidad de repasar y reescribir nuestros textos.

Con todo esto, no llego a dar ni siquiera una pálida idea de la intensidad y energía que contagia este libro. Imprescindible, en mi opinión, para todo aquel que quiera escribir. Y para quien esté bloqueado.

No podría terminar esta entrada de otra manera que no fuera con alguna cita del libro. Creo que la más se ajusta al objetivo de este blog (o la que más necesito yo también oír en este instante) es la siguiente:

Abandonaos completamente. Desde ahora en adelante sed totalmente escritores”

Así que ya sabes: ¡a escribir!

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